Destacadas artistas chilenas en el Concurso

Un grupo de 26 destacadas artistas chilenas ha aceptado el tremendo desafío de formular propuestas que renueven el diálogo bimilenario entre arte y fe. Cada una lo hará desde su propio arte, desde lo que hace. Nos alegra mucho que este grupo incluya a artistas conceptuales y figurativas, a fotógrafas; y a artistas que problematizan el color, la figura, los materiales y la estructura.
La fe cristiana en la Encarnación de Dios hace posible la representación de su imagen, cómo ícono del Dios inefable e invisible. La historia de Dios con los hombres, es decir, los relatos bíblicos de esas verdades de salvación, tal cual continúan siendo recibidos por cada generación de hombres sobre la tierra, siguen siendo fuente inagotable de inspiración para el arte. Las imagenes de lo bello en las que se hace visible el misterio del Dios invisible forman parte del culto cristiano. Por eso el cristianismo tiene insondables conexiones con el arte, con cada generación de artistas; y busca en cada época nuevas manifestaciones de la belleza para ofrecerlas al mundo a través de la creación artística. En verdad, el artista participa del poder creador de Dios, cuando crea; y la belleza de su obra eleva el espíritu hacia Dios, lo eternamente Bello y Bueno. Por eso, en cierta forma, el arte también contribuye a salvar al hombre.
Esta es la experiencia a la que queremos invitar a este grupo de selectas artistas chilenas, como una manera de celebrar el Bicentenario. En este aniversario, la iniciativa que hemos asumido aspira, por eso, a aportar a un aspecto de la reconstrucción moral de Chile, la renovación que se consigue por la luz, el color y la belleza.